martes, 22 de octubre de 2013


Discriminación a causa del sida:
El virus del sida, no se transmite por compartir mesa en el trabajo, ni por usar los mismos baños de la oficina ni porque tosan o estornuden a nuestro lado. Sin embargo, sigue habiendo discriminación en los diferentes ámbitos sociales, que no es más que el reflejo de la sociedad ante ciertos tipos de 'mitos' acerca de enfermedades como el sida. Por lo tanto, podemos considerar como una consecuencia grave la desencadenante discriminación que sufren las personas que padecen dicha enfermedad.
Esta discriminación, además de ser una lesión social es también una violación de la dignidad y derechos fundamentales de cada persona.
 
Al considerar así diferentes a nuestros semejantes, se establece una división que enfrenta y separa a la sociedad. Quien padece Sida se le juzga diferente al resto de las personas. Esta marca señala a los enfermos como individuos indignos y peligrosos, que deben ser excluidos para no contagiar al resto de la comunidad. Saber que una persona es portadora de VIH, constituye causa inmediata de discriminación por parte de quienes carecen de información suficiente sobre el virus y la enfermedad; de ahí la gran importancia de la educación y del conocimiento de esta enfermedad, dicho ya en anteriores entradas.

Estos sentimientos de desprecio y discriminación afectan profundamente a las personas, conduciéndolas a niveles bajos de autoestima, sentimientos de culpa y vergüenza. A menudo las personas con Sida se apartan por sí mismas de la asistencia que necesitan debido al temor a reacciones negativas de los otros. Este aislamiento aumenta el sentimiento de "ser el único con SIDA", dando lugar a cuadros de ansiedad, depresión  o suicidio.
Ya son muchas las personas que, cada día, luchan contra esto pero aún así, discriminaciones de este tipo deberían ser erradicadas de manera total, puesto que la discriminación es  ante todo una medida de prevención equivocada.

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