martes, 5 de noviembre de 2013

MANIFESTACIONES CLÍNICAS:

9. Síndrome de desgaste


Se caracteriza por una pérdida de peso corporal involuntaria y mayor del 10% respecto al peso normal de referencia, diarrea o debilidad crónica con fiebre (durante un período superior a 30 días) y la ausencia de cualquier otra infección o condición diferente al VIH que pudiera explicar dichos síntomas.


En la practica cualquier pérdida de peso progresiva e involuntaria de esta magnitud se considera un síndrome de desgaste y traduce el desarrollo de un importante déficit nutricional que conlleva un importante deterioro físico y psicológico.
La mayoría de las personas con SIDA o infección por VIH avanzada experimentan, en mayor o menor grado, una pérdida de peso progresiva e involuntaria, acompañada a menudo por fiebre, debilidad física, deficiencias nutricionales y diarrea.

El síndrome de desgaste es un problema común de las personas seropositivas; se ha estimado que la incidencia en adultos del síndrome de desgaste asociado a la infección por VIH fue del 9% en 1.995. En España entre los casos declarados de SIDA, el síndrome caquéctico por VIH supuso un 11,2% de los casos declarados en 1.994, un 9,9% de los de 1.995, un 10,1% de los de 1.996, un 9,7% de los de 1.997 y un 10,3% entre los casos de enfermedad indicativa referidas a la notificación de casos durante el primer semestre de 1.998.


El síndrome, conocido también por caquexia, puede disminuir la calidad de vida del paciente, hacerle más vulnerable a enfermedades, y aumentar el riesgo de muerte en personas con SIDA. En este sentido, los niveles bajos de albumina, transferrina y colesterol en plasma están asociados con tasas de supervivencia reducidas. 
MANIFESTACIONES CLÍNICAS

8. Alteraciones dermatológicas

La piel no es un órgano afectado especialmente por el VIH; sin embargo en el curso evolutivo de la infección VIH/SIDA numerosos procesos dan manifestaciones que la involucran de modo que su alteración es frecuente en los pacientes VIH +. La mayoría de las alteraciones cutáneomucosas que aparecen, dermatosis, son reflejo de las enfermedades oportunistas que surgen como consecuencia de la profunda alteración inmunológica que ocasiona el VIH. Otras son consecuencia de los medicamentos que se emplean en la profilaxis o tratamiento de estas enfermedades oportunistas o de la propia infección VIH.



El estado de inmunosupresión progresiva que aparece en los pacientes seropositivos conduce con el tiempo a la presentación de muy diferentes enfermedades infecciosas que tiene como responsables a un importante número de microorganismos.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS:

7. Hepatitis


Dentro de la alteración multisistémica que ocasiona la infección por el VIH el hígado no constituye una excepción y su alteración puede deberse a diferentes mecanismos:
  • Las alteraciones que causa específicamente el HIV;
  • Alteración funcional u orgánica por infecciones oportunistas:
  • Efectos de los medicamentos utilizados u otras moléculas activas.
En los pacientes con infección VIH/SIDA, sobre todo en los usuarios de drogas por vía parenteral, se observan con frecuencia alteraciones de los marcadores serológicos de los virus de las hepatitis infecciosas, sobre todo infecciones crónicas por los virus B, C y D de las hepatitis. La mayoría de los pacientes de este grupo de riesgo (en algunas series hasta más del 85%) presentan marcadores indicativos de infección pasada o actual por los virus señalados.
Otras muchas infecciones oportunistas pueden ocasionar alteración orgánica o funcional del hígado. Se han descrito granulomas por  mycobacterias, hongos e infecciones por virus del grupo de los herpesvirus y bacterias. También se ha descrito afectación hepática por P. carinii. 
La afectación del hígado también puede deberse a la recepción de medicamentos hepatotóxicos y con menor frecuencia a linfoma o sarcoma de Kaposi. Se piensa que el propio VIH puede ocasionar alteraciones en el hígado.