viernes, 25 de octubre de 2013



VIH y alimentación equilibrada

La realidad y la experiencia nos muestra que hay otros factores que inciden directamente en esta situación. La estabilidad emocional es fundamental para la consecución del bienestar de las personas con VIH,
a la par de contar con un entorno socio-familiar que contribuya de forma determinante a ello. De hecho, son dos áreas donde, al menos en occidente, se han centrado los esfuerzos más importantes.
Sin embargo los aspectos relacionados con una adecuada alimentación y oportuna ingesta de nutrientes son vitales para obtener unos resultados óptimos, con lo cual ocupan un papel determinante en el cuidado de las personas con VIH. Sabemos que todo tipo de proceso infeccioso o enfermedad crónica genera un estrés metabólico y celular, de ahí que se le otorgue a los aspectos nutricionales la gran importancia que tienen.
Una alimentación equilibrada puede llegar a ser determinante en los resultados de la terapia de alta eficacia, no sólo porque aporta nutrientes necesarios al organismo, sino que contribuye a regular el metabolismo, a controlar los niveles de colesterol y lípidos o ayuda a regular la función del hígado, por ejemplo. De igual manera, puede contribuir a nutrir a la persona con máxima eficacia en momentos delicados de salud, cuando se presentan situaciones difíciles donde la ingesta de alimentos en sí supone un esfuerzo ante episodios de diarreas, vómitos o problemas bucofaríngeos.


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